jueves, 18 de abril de 2013

Kafka. La obra y su contexto


2.-La obra y su contexto
Escrita en 1912, se publicó en 1915, primero en la revista Weisse Blatter y posteriormente en formato de libro. Originalmente Kafka pretendía publicarla junto con La condena y El fogonero.
La novela narra la historia de Gregor Samsa, un comerciante de telas que vive con su familia a la que él mantiene con su sueldo. Un día amanece convertido en una especie de insecto gigante. A partir de ahí la novela relata el camino que sigue el protagonista desde que es consciente de que es un monstruo hasta su muerte: la reacción de sus padres y hermana, la visita del principal de su trabajo, los cuidados de su hermana, los problemas económicos por los que pasa la familia, los cambios que esta va sufriendo ante la metamorfosis del hijo, la presencia de los tres huéspedes y el desenlace a partir del descubrimiento por parte de  estos del monstruo.
La metamorfosis está dividida en tres partes. La primera se centra en la mañana en la que Gregor descubre su transformación. Esta parte finaliza cuando el padre consigue meterlo en su habitación y sufre por primera vez las heridas en su nuevo cuerpo. La segunda parte se inicia horas después de ese incidente y se centra en torno a la cotidianidad de Gregor. Termina de la misma manera que la primera: el padre le lanza manzanas en su afán por volverlo a meter en su habitación y lo hiere de gravedad. La tercera parte es la del declive de Gregor. En esta ocasión no hay ningún objeto contra él; son las palabras de Grete las que lo rematan y aceleran su muerte.
La acción es escasa y gira en torno a un personaje desdibujado y acorralado. Kafka nos sitúa frente al absurdo, pero  se centra en el interior del personaje protagonista. Los personajes son entidades simbólicas que representan al ser humano contemporáneo. El escarabajo es el símbolo del absurdo de la existencia humana. La transformación del protagonista motiva que los miembros de su familia también cambien y la presión del entorno social se deja sentir desde el primer momento.
Pese a su brevedad, es una obra tan densa que permite múltiples lecturas e interpretaciones. Por ello, hablar de tema en singular es no ser justos con la riqueza que atesoran sus páginas. En primer lugar, está el tema de la identidad. El protagonista, Gregor Samsa, se transforma de la noche a la mañana en un insecto, y a medida que se desarrolla la historia va perdiendo condición humana. El lector se ve inmerso en el tema del extrañamiento y la alienación. Por otra parte, el protagonista vive una existencia condicionada por unas obligaciones hacia su padre —Gregor trabaja para mantener a la familia— y hacia la empresa para la que trabaja. Su perfil encaja con uno de los temas centrales de la narrativa kafkiana: el individuo impotente ante una instancia superior. También destaca el trato de una sociedad autoritaria hacia el individuo diferente, el aislamiento de esta sociedad y la soledad de las relaciones, las actitudes que toma el ser humano ante enfermedades graves, el egoísmo humano ante el bienestar de los demás o la muestra de las sensaciones anímicas del autor.

Varios factores retrasaron el impacto de la obra del escritor checo sobre sus contemporáneos. En primer lugar, una gran parte de sus libros fueron póstumos y su publicación coincidió con la llegada del nazismo al poder. Su amigo y albacea Max Brod publicó sus obras completas primero en el exilio, en Nueva York, y luego en Alemania en los años cincuenta. Su influencia se ha dejado sentir desde entonces en todos los ámbitos y ha traspasado fronteras. La crítica reconoce su huella en la configuración del existencialismo y en una larga lista de narradores sudamericanos como Gabriel García Márquez o Julio Cortázar.
Producción literaria de Kafka
La obra de Kafka está considerada una de las más influyentes de la Literatura Universal en el siglo XX, a pesar de no ser muy extensa y estar escrita casi al margen de los movimientos de vanguardia europeos.  Tres temas ocupan un primer plano:
-el tema de la bestia
-el tema de la búsqueda
- el tema de lo “inacabado”
Su novela presenta novedades como la superación del relato realista, presentación de situaciones absurdas, el enfoque simbólico o la preferencia por la novela abierta.
La obra de Kafka se puede clasificar en obra narrativa y la escritura íntima (diarios y cartas). En vida publicó relatos breves: Contemplación, El médico rural (compilación de trece relatos) y Un artista del hambre (individuo marginado, víctima de la sociedad) y cuatro relatos largos: La condena, El fogonero, La metamorfosis y En la colonia penitenciaria.
Tras su muerte dejó una abundante producción inédita de la que hoy se conocen tres novelas inconclusas, El desaparecido, El proceso (una de las grandes obras literarias del siglo XX llevada por Orson Wells al cine) y El castillo, un centenar de relatos, los diarios y cartas dirigidas sobre todo a Felice, a Milena o a su amigo Brod, además de su célebre Carta al padre, relato autobiográfico y riguroso ajuste de cuentas. Destaca también América, historia de un muchacho inmigrante de Europa.
En definitiva, Franz Kafka ha legado el adjetivo kafkiano como sinónimo de absurdo o angustioso. Lo onírico, lo subconsciente y lo irracional emergen para hacer aflorar los sentimientos más profundos. El mundo metafórico de Kafka facilita muchas interpretaciones de sus obras, desde lo absurdo de la condición humana hasta la denuncia de la burocracia totalitaria, pasando por la culpa judeocristina y el subconsciente psicoanalítico.

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