jueves, 18 de abril de 2013

Pregunta 1. Kafka y su época

Ya va quedando menos...
El autor y su época
Fran Kafka es sin duda uno de los escritores fundamentales del siglo XX y de la Literatura Universal. Nace en Praga en 1883. Era el mayor de seis hermanos y perteneció a una familia acomodada de judíos comerciantes que se había asimilado a la burguesía alemana. Pasó una niñez solitaria debido a su enorme sensibilidad y a la difícil relación con su padre, al que criticará su pérdida de identidad. Tras doctorarse en Derecho, acudió a clases de estudios germánicos y de Historia del Arte y se convierte en empleado de una compañía de seguros, trabajo que no era de su agrado pero le permitía mantener su independencia económica y la posibilidad de dedicarse a la literatura.
Desde muy joven comenzó a interesarse por la mística y la religión judías, que ejercieron sobre él una notable influencia. En 1917, su proyecto de viajar a Palestina se ve frustrado  por los primeros síntomas de la enfermedad que le causará años más tarde la muerte, la tuberculosis.
En 1913  publicó su  primer libro Meditaciones, sin embargo, pasó desapercibido al igual que los siguientes, que no obtuvieron un gran éxito fuera del círculo de amigos y seguidores incondicionales. El estallido de la Primera Guerra Mundial y el fracaso de su noviazgo señalarán el  comienzo de una época creativa prolífica. Su carácter atormentado y complejo fue un enorme obstáculo en su relación con las mujeres, sin embargo, destaca su comunicación epistolar  Cartas a Felice, mujer con la que estuvo comprometido dos veces (la metamorfosis nació en la primera crisis de pareja).
En 1920 abandona su empleo e ingresa en un sanatorio. Meses más tarde conocerá a la escritora checa Milena Jesenka-Pollak, con la que mantuvo un romance y una amplia correspondencia que se publicó bajo el título de Cartas a Milena en 1952.
En 1923 se trasladó a Berlín donde se reúne con la joven judía Dora Diamant que se convirtió en su compañera y en el amor que el escritor había siempre anhelado. La muerte le sobrevino en 1924 en un sanatorio próximo a Viena. Pese que dio instrucciones a su amigo y albacea Max Brod para que destruyese toda su obra, este hizo caso omiso y publicó todos los escritos que se hallaban en su poder, incluso cartas y diarios. Dora guardó en secreto la mayoría de sus últimos escritos, entre ellos 20 cuadernos y 35 cartas que fueron confiscados por la Gestapo en 1933.
Kafka hablaba checo y alemán y adquirió conocimientos de la cultura francesa. Entre sus autores favoritos se encontraban Flaubert, Dickens, Cervantes, Goethe y Dostoievski. Su relación con la literatura transcurrió en un triple aislamiento, el geográfico, el  lingüístico y el cultural.
Tras su muerte, sus escritos comenzaron a llamar la atención del público y a obtener alabanzas por parte de la crítica lo que permitió una amplia divulgación. En la actualidad la influencia de Kafka es perceptible en numerosos autores de todas las lenguas y su obra sigue siendo analizada desde ámbitos literarios, filosóficos, religiosos, psicoanalíticos o sociológicos.
Respecto al contexto histórico-literario hemos de destacar que ocurrieron sucesos de enorme trascendencia en el orden político (Revolución Rusa 1917, Primera Guerra Mundial); en el orden económico se interrumpió el proceso de expansión económica; en el orden científico y técnico el progreso se dispara dando pie a una nueva concepción de la realidad ( investigaciones sobre el átomo, teoría de la relatividad de Einstein, aviación, automóvil); en filosofía el vitalismo de Nietzsche , el pensamiento intuitivo de Bergson y el psicoanálisis de Freud tienen una gran repercusión en todos los ámbitos culturales, además el existencialismo influye en su entorno desbordando los límites puramente académicos; en el orden artístico  no es de extrañar que en este clima surja un arte y una literatura que buscan una renovación radical, ya sea al margen ya sea como integrantes de las llamadas Vanguardias que se dan en distintos países del mundo casi simultáneamente: expresionismo, cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo…
En Praga, la ciudad natal tan heterogénea, hierve la actividad artística y cultural: varios teatros, periódicos, salas de conciertos, cafés literarios (Savoy), etc. Era una gran ciudad mestiza y con una mayoría checa y cuatro minorías: croatas, húngaros, alemanes y judíos.
En semejante contexto ningún artista podía permanecer ajeno a los cambios radicales aunque no participara de una corriente determinada. A pesar de que Kafka se resiste a una clasificación, su obra refleja el ambiente anteriormente descrito así como el influjo del espíritu expresionista, aportación alemana al proceso de renovación intelectual y artística de las vanguardias. Aunque no puede afirmarse de forma categórica que perteneciese a esa corriente coincide en las características principales:
-Irracionalismo en la expresión
-Rechazo de la obra artística burguesa
-Visión subjetiva de la realidad y pesimista del ser humano
-Personajes con crisis íntima, espiritual o psicológica
-Se cuestiona el concepto de verosimilitud
- Propósito de producir impresión en el público; predilección por lo caótico, feo, negativo, oscuro…
Se ha afirmado que Kafka pertenece al grupo de escritores e intelectuales del Círculo de Praga y que le influyeron autores como Rilke o Brod. En la renovación de la narrativa que se produce en el primer tercio del siglo XX, nuestro autor tendrá una importancia fundamental sobre todo en lo que respecta a los contenidos donde el símbolo, la fantasía y el absurdo son los elementos centrales.

1 comentario:

  1. Oiga, profe, no se de donde será usted, pero desde Sevilla ya le digo que si no fuera por tu pregunta 1 de kafka, yo dejaría la mia de mañana en el examen completamente en blanco 0_0 así que muchisimas gracias!

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