miércoles, 26 de marzo de 2014

Cuadros parisienses VI


Os dejo los dos últimos poemas para el comentario.

CX
Recogimiento

Sé sabia, Pena mía, y permanece en calma.
Reclamabas la Noche; ya desciende, hela aquí:
envuelve a la ciudad una atmósfera oscura
a unos la paz trayendo y a los más la zozobra.
Mientras que la gran masa de los viles mortales,
del Placer bajo el látigo, ese verdugo impávido,
cosecha sinsabores en la fiesta servil,
ofréceme tu mano, Pena mía, ven aquí

Lejos de ellos. Mira balancearse los años transcurridos
con vestidos ridículos, sobre las balaustradas
del cielo; la nostalgia burlona ya emerge de las aguas;

Descansa bajo un arco el moribundo sol
y, tal enorme sudario rezagado, hacia Oriente,
oye, querida, oye cómo avanza la Noche.

CXV
La Luna Ofendida

Oh Luna que adoraban nuestros padres discretos,
desde el país azul en donde, harén radioso
te seguirán los astros en tocado pomposo,
mi vieja Cyntia, lámpara de nuestros vericuetos.

¿A los amantes ves en su jergón dorado
dormir, mostrando el fresco esmalte de tus dientes?
¿Ves al poeta sobre su trabajo inclinado?
¿O acoplarse en los céspedes secos las serpientes?

¿De dominó amarillo, con planta recogida,
vas como antaño, desde la tarde hasta la aurora,
a besar de Endymión la gracia envejecida?

-"¡Veo a tu madre, hijo de este siglo menguado,
que ante su espejo un cúmulo de años ha instalado
y con arte, ese pecho que te nutrió, decora!"


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